El hospital Virgen Macarena de Sevilla suspende operaciones por falta de sangre mientras el punto de donación de ese mismo centro hospitalario permanece cerrado por falta de personal. Este es el último escándalo que salpica la gestión de la sanidad pública en Andalucía, que suma un sinfín de problemas y que ahoga al Gobierno de Moreno Bonilla.
Mientras en el centro hospitalario se anuncia que se tienen que paralizar operaciones, y no por causas de la pandemia como ha ocurrido en anteriores ocasiones, son los propios trabajadores los que denuncian que el centro de recogida de donación de sangre del hospital no funciona, en este caso, por la falta de personal dependiente de la Junta de Andalucía.
Mientras desde el Centro de Transfusión de Sangre de Sevilla se asegura que “las reservas de sangre están bajo mínimos” y se hace un llamamiento a la población para que done sangre con urgencia, el sindicato Comisiones Obreras de la provincia hispalense denuncia la situación del centro de donación del hospital, al tiempo que tacha de “pésima» la gestión de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía.
La denuncia del sindicato se sustenta en que los usuarios que acuden al llamamiento del Centro Regional de Transfusión Sanguínea se encuentran estos días con “las puertas cerradas a cal y canto” y pide un “cambio de rumbo en la gestión de nuestra sanidad pública”, ampliando la crítica a los muchos problemas relacionados con la sanidad pública que padece la comunidad autónoma.
En concreto, ha sido precisamente en los días con más demanda de sangre para operaciones cuando este centro en el que se puede donar ha permanecido cerrado. Así sucede desde el pasado 10 de enero y no se prevé la vuelta a la normalidad del servicio hasta el próximo día 17, según anuncia la Junta de Andalucía, que por su parte no especifica los motivos que han motivado este cierre en un momento de máxima necesidad.
La sanidad pública hace aguas
La gestión de la sanidad pública se ha convertido en el gran quebradero de cabeza del presidente Moreno Bonilla. El descontento ciudadano por la precariedad del servicio crece, y la Junta de Andalucía no termina de encontrar una solución que le dé un respiro en la recepción de críticas. Principalmente, uno de los problemas más acuciantes está en la atención primaria, donde sigue siendo extremadamente complicado conseguir una cita con el médico de cabecera.
La situación hospitalaria tampoco es buena, a juicio de usuarios y sindicatos. En parte, provocado por ese colapso de la atención primaria que deriva a muchos ciudadanos desatendidos hasta los hospitales. En este sentido, también es especialmente llamativo la parálisis en intervenciones, con algunos casos previsión de citas para más allá del año 2023.
Estos problemas en la sanidad pública andaluza se han acrecentado especialmente desde el pasado otoño, tras el despido de más de 8.000 profesionales sanitarios en plena pandemia. El Gobierno de Moreno Bonilla tiene por delante una complicada papeleta que solucionar y que, por el momento, está desgastando su primera legislatura en la Junta de Andalucía.