El PSOE de Andalucía lanza su nueva era. Una etapa renovada, en la que cambian muchas más cosas que la cabeza del cartel. Pero el proceso aún no está completo.
Desde el pasado 13 de junio en el que Juan Espadas derrotó a Susana Díaz en las primarias del socialismo andaluz, el aún alcalde de Sevilla ha ido dando pasos orgánicos hasta aterrizar en este recién acabado 14 Congreso Regional de Torremolinos.
Solventada esa posta trascendente de su camino, llega el momento de desplegar sus peones por un mapa de Andalucía transformado en tablero de ajedrez.
Los pasos de Juan Espadas hasta el cónclave regional fueron claros. Asumir el liderazgo, impulsar la participación social en la organización para cerrar heridas abiertas y potenciar su conocimiento público.
Pero las placas tectónicas del PSOE de Andalucía zamarrean las provincias. Una vez consumado el congreso de “la fraternidad”, así bautizado por el secretario general Juan Espadas, llega el complicado turno de trazar el escenario de poder, es decir, de renovar los liderazgos de las secretarías generales de las ocho provincias andaluzas.
Y lo anterior no es cualquier cosa. A lo largo de decenios en el partido de la rosa, y salvo contadas excepciones, el lapso que siempre ha separado el Congreso Regional de sus homólogos provinciales no ha sido sencillo ni intrascendente.
Y en este caso, lo será aún más porque son muchas las causas de renovación abiertas y aún más los grupúsculos que ansían el poder.
Es esta, con total seguridad, la tarea en la que más se está fajando el líder regional. Así se vio en este Congreso de Torremolinos. La noche del sábado fue larga, hasta el punto de que las letras de la nueva ejecutiva no se imprimieron hasta pasadas las cinco de la madrugada, ya en domingo.
Sin embargo, los puestos clave de la nueva dirección como la honorífica presidencia para Manuel Pezzi, la vicesecretaría general para la pujante Ángeles Férriz y secretaría de Organización para Noel López, ya estaban asignados con suficiente anterioridad.
¿Acaso no se podía prever que estaba el pescado vendido? Qué importará, dirán algunos, colocar algunos más en la renovada ejecutiva regional. Nada más lejos de la realidad.
Las pugnas provinciales en el PSOE de Andalucía
Las cuotas de poder también se manifiestan al peso según nombre y procedencia de los integrantes de la dirección. Sin embargo, no fue ese ‘asunto menor’ de secretarías secundarias lo que hizo del sábado una noche larga.
Juan Espadas se aseguró, en esas mismas mesas de negociación, una proyección provincial acorde a sus intereses, moviendo piezas en el tablero de ajedrez andaluz para asegurarse el inestimable ejército de sus ocho secretarios generales provinciales.
Y salió airoso. Porque son alta mayoría las provincias que tendrán una única lista para librar sus procesos orgánicos. Primero, Espadas se aseguró la salida de los líderes que estuvieron junto a Susana Díaz en las primarias: Verónica Pérez en Sevilla, Antonio Ruiz en Córdoba y Ruiz Espejo en Málaga.
Todos ellos entraron en la ejecutiva, además de Irene García, que aunque dio el salto a última hora para apoyar a Espadas no contaba con respaldo provincial.
Después, el propio entorno del secretario general andaluz y aún alcalde de Sevilla lanzó candidatos altamente afines, con altas probabilidades de éxito.
Javier Fernández en la provincia hispalense, Daniel Pérez en Málaga y Rafi Crespín en Córdoba. Y por último, arregló posibles desaguisados en esa negociación nocturna en las entrañas del congreso andaluz.
Para empezar, solventó el posible problema creciente de Cádiz. En esta provincia, conocida por su tradicional división de poder en familias más o menos avenidas, según toque, Juan Espadas consiguió una lista de unidad liderada por Juan Carlos Ruiz Boix, alcalde de San Roque.
Cuando todo hacía prever un enfrentamiento con Javier Ruiz Arana, a la sazón, primer edil de Rota, se ha conseguido que este último sea el número dos del primero.
La candidatura de los ‘ruices’ se asegura el apoyo de las familias más grandes del socialismo gaditano y evita el choque de trenes. Gran éxito de Espadas.
En Granada, por citar otro caso, lo ha tenido más fácil. Esta provincia que fue uno de sus grandes bastiones durante las primarias, está unificada en torno a Pepe Entrena.
De ahí viene el presidente y secretario de Organización de la nueva ejecutiva y poco o nada ha tenido que hacer Espadas para asegurarse la pieza fiel del secretario general provincial. Todo seguirá igual.
En Jaén también habrá continuidad, pero el caso es diferente. Al fuerte liderazgo de Paco Reyes salió competencia en la figura del alcalde de Marmolejo, Manuel Lozano.
Finalmente, también habrá integración y Lozano será el número dos. Otro triunfo, este fraguado hace algunas semanas.
Sevilla y Málaga viven, por el momento, una situación idéntica. Sus secretarios generales, anteriores apoyos de Susana Díaz, declinaron concurrir a la reelección y dejaron el camino libre.
Espadas los ha integrado en su ejecutiva. Y ahora, a los oficiales Javier Fernández y Daniel Pérez, hombres clave para el secretario general andaluz, se suman dos listas alternativas lideradas por Carmen Tovar, con el apoyo de la plataforma ‘Hacer más PSOE’ y el alcalde malagueño de Ojén, José Antonio Gómez. Ni uno ni otro tienen la mínima posibilidad, por lo que no se descarta que se retiren antes de llegar al proceso.
Córdoba también parece clara, de igual modo, tras dejar expedito el camino el anterior titular, Antonio Ruiz. La opción de Espadas es Rafi Crespín, recién nombrada hace unos meses como secretaria general del grupo socialista en el Congreso de los Diputados.
Un perfil fuerte y de consenso, y que sobre el papel no tendrá rival. El único conato fue el de la lista alternativa liderada por Carmen Victoria Campos, finalmente retirada.
El caso de Huelva es más peculiar, al tratarse de un PSOE provincial actualmente dirigido por la una gestora tras la dimisión de Ignacio Caraballo. Y el que más puede complicar la vida a Espadas.
En el territorio onubense hubo un pronunciamiento inicial, el del alcalde de la capital provincial Gabriel Cruz. Pero apenas unas horas después del congreso regional, María Eugenia Limón, presidenta de la Diputación y alcaldesa de San Bartolomé de la Torre presentó su candidatura para competir con el regidor de la capital. Todo está en el aire.
Por último, Almería es el interrogante. La provincia oriental contaba con José Luis Sánchez Teruel como secretario general, afín a Susana Díaz. A pesar de expresar que tiene la mayoría en su provincia, no concurrirá a la reelección, lanzando la alternativa liderada por Juan Antonio Lorenzo, alcalde de Serón. Sí ha anunciado ya sus intenciones el diputado nacional Indalecio Gutiérrez, al que se ha sumado en las últimas horas la histórica Sonia Ferrer, a la sazón, compañera de Gutiérrez en el grupo socialista del Congreso de los Diputados.
La situación sigue a la espera de conocerse si tendrá rival o será la única lista, aunque el entorno de Sánchez Teruel afirma que se está articulando una alternativa para disputar las primarias.
En cualquier caso, y después que en Sevilla y Málaga la lista alternativa no tenga opciones, los interrogantes están en saber qué ocurrirá en Almería y Huelva, las únicas provincia con listas fuertes a día de hoy enfrentadas. En cualquier caso, puede decirse que esa larga noche de negociación satisface a Juan Espadas, que todo apunta se librará de nuevas batallitas orgánicas, en este caso provinciales, y avanza hacia listas de consenso para armar un PSOE de Andalucía más fuerte y cohesionado.
El secretario general andaluz y candidato a la Junta está próximo además a dejar la alcaldía de Sevilla para concentrar todos sus esfuerzos y atención en disputar la presidencia Moreno Bonilla.