La sequía meteorológica es ya una realidad en la cuenca del Guadalquivir, los datos son contundentes, las precipitaciones acumuladas a lo largo del último año hidrológico se encuentran un 30% por debajo de la media establecida en los últimos 25 años según la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).
Una situación de estrés hídrico que pone en peligro la actividad agraria, uno de los pilares económicos de la comunidad autónoma andaluza. La CHG califica la situación de «sequia extraordinaria» y mantiene la situación de emergencia para abastecer la demanda común en en 7 unidades territoriales de la cuenca.
El año 2021 fue extraordinariamente seco, con unas estaciones de primavera y otoño con precipitaciones inferiores al 54% de la media pluviométrica de los últimos 40 años según AEMET, que se suman a un verano extremadamente seco, tradicional en la cuenca. Si bien el abastecimiento humano esta garantizado para dos años, no ocurre lo mismo con los recursos destinados al regadío.
Los cultivos hortofrutícolas y los cítricos pueden verse seriamente afectados si la situación no cambia en el nuevo año hidrológico. Lo que supondría un mazazo económico para numerosas comarcas agrarias dependientes del suministro de hídrico de la cuenca que vive la peor situación desde el año 1995.
Uno de los embalses señeros de la cuenca, La Breña II, es buen ejemplo de la situación. Con una capacidad total de almacenamiento de 823 hectómetros cúbicos, a día de hoy se sitúa a solo 16,77% de su capacidad, cuando la media de los últimos 10 años está en el 56,89%. Se trata de uno de los mayores pantanos de toda la cuenca del Guadalquivir, inaugurado en 2008 y resultado de ampliación del embalse de la Breña I, multiplicando por 8 su capacidad. Como puede verse en la foto que ilustra esta noticia la antigua presa de la Breña I emerge por encima del nivel del agua embalsada.
El plan de Moreno Bonilla de legalizar las explotaciones agrícolas ilegales del entorno de Doñana no hace sino agravar el problema. Con acuíferos sobreexplotados y unos índices pluviométricos cada vez más bajos resulta irresponsable el aumentar el territorio dedicado a cultivos intensivos basados en regadío.
En 2021 las precipitaciones más importantes se han concentrado principalmente en la zona occidental de la demarcación, en la Sierra Norte de la provincia de Sevilla mientras que los registros más bajos se han localizado en la zona oriental concretamente en los embalses de la provincia de Granada.
En concreto, la precipitación máxima registrada corresponde al pluviómetro del embalse de Huesna (Sevilla), donde se alcanzaron los 217,2 litros por metro cuadrado. Por el contrario, los datos más bajos se han registrado en el embalse de Francisco de Abellán (Granada), con tan solo 12,9 litros por metro cuadrado recogidos.
A día de hoy, los embalses de la cuenca del Guadalquivir se sitúan al 28,19% con 2.307 hectómetros cúbicos almacenados, 425 hectómetros cúbicos menos que hace un año. Si las precipitaciones en 2022 no se producen acorde a las medias pluviométricas de los últimos 40 años las restricciones se harán inevitables.