El director del musical Godspell, Emilio Aragón, ha descrito este espectáculo como un «hermoso cajón desastre», una pieza llena de sorpresas que, según él, «no tiene nada que ver» con las versiones de Londres o Nueva York. «Es algo distinto, aunque hay una columna vertebral», aclara Aragón, haciendo referencia al hecho de que la obra sigue basándose en el Evangelio de Mateo. Sin embargo, lo que realmente destaca para él es el mensaje universal que transmite: «lo bonito y lo importante es que habla del amor, con mayúsculas».
El musical estará en cartel en el Teatro Principal de Zaragoza del 13 al 23 de febrero, con un total de 13 representaciones, como parte de su gira nacional. La producción corre a cargo de Antonio Banderas y Emilio Aragón, quien también ejerce de director. La música es obra de Stephen Schwartz, mientras que el encargado del casting es Víctor Ullate Roche, hijo del renombrado bailarín aragonés Víctor Ullate.
Emilio Aragón, acompañado de la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, y el gerente del Patronato Municipal de las Artes Escénicas y de la Imagen (PMAEI), Chema Turmo, presentó este musical en una versión revisada de la producción original de 1970, adaptada a los tiempos del siglo XXI. Un espectáculo que promete ser una experiencia única, tanto por su puesta en escena como por su mensaje atemporal.
Basada en el Evangelio de San Mateo, cada personaje del musical experimentará un cambio en su vida al tomar contacto con las enseñanzas de Jesús. Este proceso de transformación estará acompañado por música en directo y el espectador solo podrá escuchar grabados unos diez segundos del sonido de unos tambores.
La tolerancia, el respeto al diferente, la compasión por los seres humanos, la riqueza sostenible, la libertad de ser y elegir son algunos de los hilos conductores del musical en el que la esperanza es un elemento fundamental. Los personajes descubrirán que tienen derecho a equivocarse, pero también a dolerse del sufrimiento de los demás y a vivir completos.
En rueda de prensa, Emilio Aragón ha explicado que este musical surge porque cuando llegó a España, en 1973, la primera comedia musical que vio fue Godspell, y «curiosamente» también Antonio Banderas fue de las primeras que vio. «Yo le dije: podríamos intentar hacer algo con Godspell y él me contestó estoy firmando el contrato. Qué casualidad que yo estuviera pensando en eso y que, de repente, Antonio ya estaba firmando el contrato, el resto ya lo conocen».