La situación política en Andalucía ha estallado en mil pedazos. La filtración interesada de un audio de Juan Marín a la Cadena SER en la que el vicepresidente autonómico admitía sin tapujos que sería “una estupidez” aprobar un nuevo presupuesto ha desatado una tormenta política en la comunidad que puede acabar en convocatoria prematura de elecciones.
En esta tesitura de gran inestabilidad, la pregunta del millón que partidos, políticos y ciudadanía se hace está clara: ¿a quién interesa esta filtración que rompe la tan cacareada estabilidad? La respuesta es que a muchos.
Para empezar, hay que buscar en el propio seno de Ciudadanos, donde hay dos corrientes claramente divididas. El partido naranja vive una espiral de pérdidas de apoyos en toda España desde la repetición de elecciones generales y eso está pudriendo desde dentro a la formación.
En Andalucía todas las encuestas ofrecen un panorama claramente desalentador para sus intereses, en el que puede perder incluso la representación parlamentaria. Y por supuesto, afrontar un futuro en el que no tendrán la mínima posibilidad de ser determinantes en la formación de un nuevo ejecutivo andaluz.
Así, son muchas las voces internas que desde hace meses claman contra Juan Marín. Lo acusan de “venderse” al PP y de funcionar como un “esbirro” de Elías Bendodo, el consejero de la Presidencia y hombre fuerte del Gobierno de Moreno Bonilla.
Estas voces hunden sus raíces en el propio grupo parlamentario, en el que no existe el mínimo concepto de cohesión. Allí cohabitan adeptos a Juan Marín con otros totalmente fuera de su control: “marineros” frente a “herbívoros”, tal y como son llamados en este partido que tanto pregonó venir a regenerar la política española y andaluza.
Los “marineros”, es decir, aún fieles al vicepresidente de Sanlúcar la Mayor son los primeros interesados en que la legislatura avance, a sabiendas que unas nuevas elecciones los alejan de un poder autonómico que aún hoy conservan. También hay opiniones internas que señalan a un autofiltración, esto es, un movimiento interesado para colocar a Marín en el centro del protagonismo político ante una decisión, la de adelantar elecciones, que estaría ya más que tomada por el Gobierno andaluz.
Frente a ellos, dentro del mismo grupo parlamentario, los “herbívoros”, así llamados por ser de la cuerda del ex hombre fuerte del partido Fran Hervías, actual integrante de la fontanería del PP nacional de Pablo Casado, que lo fichó en plena descomposición de Ciudadanos.
Es el propio Juan Marín el que en una entrevista en Onda Cero señala directamente al que fuera mano derecha de Albert Rivera y gran rival interno del líder andaluz. Marín fundamenta su acusación hasta el punto de afirmar que Hervías «se ha convertido en la muleta del PSOE en Andalucía para facilitarle una excusa para salir de la mesa de negociación de los presupuestos».
Dentro de este grupo llamado de los “herbívoros”, por más que fuentes internas renieguen de Hervías, ya fuera del partido, se ha fundamentado una vía de oposición que se presentará a las primarias contra Marín, que serán a finales de año. Unas primarias que después de este episodio que tantos quebraderos de cabeza trae a la presidencia de Moreno Bonilla por parte de su socio de gobierno, ganan aún más énfasis e interés.
Destacan como fuertes críticos de Marín los diputados Fran Carrillo y Sergio Romero, este último también natural de Sanlúcar de Barrameda y hasta no hace mucho habitual correligionario de Marín. Hasta que se les rompió el amor. Los dos fueron sustituidos como portavoces parlamentarios por orden de Marín este verano, justo en fechas cercanas a la grabación de ese audio. Junto a ellos, una consejera, Rocío Ruiz, la única voz de dentro del Gobierno andaluz que, con vanos intentos, pone coto a la radicalidad de Vox.
Junto a ellos, otros grupúsculos de diputados y representantes provinciales del partido buscan conformar una especie de UTE política, una unión intereses comunes que pasan por desalojar a Marín del poder y evitar que se presente de nuevo en Andalucía.
Este grupo, también conocido bajo distintos apelativos de “renovación”, gana visos de buscar el máximo desgaste de Juan Marín, y la filtración de este audio, que recordamos fue grabado en julio, a dos días del plazo para presentar enmiendas a la totalidad del Presupuesto puede ser un movimiento con esa finalidad.
En cualquier caso, y desgranadas las luchas de poder en el seno de la formación naranja, la realidad es que la filtración puede tener varios padres. Casi descartada la utópica idea de que haya sido una maniobra del propio Marín, por ser arriesgada y por comprometer mucho su confianza dentro del ejecutivo de Moreno Bonilla, todo hace indicar que son los movimientos críticos los que han impulsado esta operación de desgaste.
Pero, ¿estará Fran Hervías en el ajo como afirma el propio Marín? Esa pregunta, aún difícil de responder, esconde también otras luchas intestinas de partidos, en este caso, en el Partido Popular. No hay que olvidar que Hervías tripula el puente de mando del PP de Casado siendo un operario fundamental de su fontanería dedicada a absorber todo el voto de Ciudadanos.
Y que, además, Casado y Moreno también guardan sus propias cuitas internas por el apoyo que el segundo hiciera a Sáez de Santamaría en las primarias populares y por posicionarse actualmente en el bando de Núñez Feijoo.
¿Y si ha sido una maniobra de Génova para lanzar el ciclo electoral desde Andalucía y trasladar inestabilidad al resto de España? A Casado le van bien las encuestas y necesita distraer la atención tras sus últimas polémicas discursivas y su cruenta, y con visos de perdida, guerra con Ayuso.
La realidad es que esta filtración ya ha roto por completo la capacidad de Moreno Bonilla de “vender” la necesidad del presupuesto, y ha dado alas, especialmente al PSOE, en el relato de la ruptura de la negociación. Incluso Vox pide elecciones con aún más énfasis y todos los grupos insisten en la necesidad de que Marín cese en sus competencias.
La tormenta está servida y el trueno puede no hacerse esperar. Por lo pronto, este jueves 18 llegarán las enmiendas a la totalidad del presupuesto y la semana que viene serán, con absoluta seguridad, rechazados por el Parlamento. Lo siguiente, y tras el particular nuevo teatro de justificación, convocar elecciones andaluzas para la primavera de 2022.
¿Qué votará Marín en el Pleno de Presupuestos?, se preguntan por lo bajini miembros de su propio partido. “Sabiendo lo mucho que le gusta el sillón y las pocas opciones tiene, hará la estupidez, según sus palabras, de votar sí” cuenta un afiliado naranja tremendamente descontento con todo lo que está sucediendo.