Una batalla épica y muy muy muy divertida. Es lo que han vivido cerca de mil personas en la Plaza Mayor de Aínsa con la mítica batalla de La Morisma, donde moros y cristianos se aliaron contra un enemigo inesperado, la lluvia que complicó durante la mañana las tareas de montaje de los decorados.
Lluvia superada, con todas las entradas vendidas y la emoción a flor de piel, las luces, la música y los vecinos y vecinas sobrarbenses que participan de la representación hicieron brillar la edición más especial de cuantas se recuerdan, puesto que se rememoran los 1.300 años de una batalla que supuso la reconquista de un territorio y el germen que dio lugar a la creación del Reino de Aragón.
Las sorpresas no se hicieron esperar, apareciendo en escena las nuevas reinas mora y cristiana, Martina Santos y Elena Buetas respectivamente, Guillén Palacín en el papel de Pecado, Javi Marín como Mauran, y los jovencísimos Álex Buetas y Samuel Sanz como monaguillos del sacristán más divertido.
También se estrenaron Marco Gastón y Fabián Campoy como chusma y Marco Fantova interpretando un nuevo dicho. «La tradición está muy arraigada y tiene un largo recorrido por delante gracias a la incorporación de jóvenes, que lo están viviendo con la misma intensidad y responsabilidad que sus antecesores», ha comentado satisfecho el alcalde, Enrique Pueyo.
Como momento cumbre de la noche cabe destacar la aparición del dragón Pentafuria, que se incorporaba al elenco en la edición de 2022 dejándose ver a través de una de las ventanas del Ayuntamiento.
Este año, además, ha impregnado el ambiente de humo en el fragor de la batalla, dándole un punto extra de epicidad a la escena. No obstante, sigue siendo protagonista la escena en la que una cruz de fuego aparece sobre una carrasca, motivo por el cual, dice la leyenda, el bando cristiano ganó en la lucha por la reconquista de Aínsa.
La lluvia impidió, eso sí, la celebración del emotivo acto en el que estaba previsto otorgar la Real Orden de Caballero de La Morisma, la máxima distinción que otorga esta fiesta, al artista altoaragonés José María Lacoma, quien fuera director artístico de la obra en los ochenta y noventa.