Se han convertido en protagonistas involuntarios de la última arma arrojadiza en la política aragonesa y hoy el delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán, ha acudido a comprobar de primera la situación de los 110 migrantes llegados desde Mali a lo localidad de Mora de Rubielos.
Allí ha podido constatar que todos son varones mayores de edad y han solicitado protección internacional derivada de la huida de un país en guerra, lo que les da un estatus, derechos y obligaciones, así como aprendizaje del idioma. Personas «que no causarán problemas» pero, a pesar de ellos, se ha alertado a la Guardia Civil para agilizar su reacción ante un requerimiento de la entidad Accem, del gerente del hotel o de cualquier ciudadano debido a posibles incidencias.
Los varones han llegado a través de la ruta canaria, que supone recorrer entre 1.400 y 1.600 kilómetros en una barca. Al llegar a las Islas Canarias, donde los dispositivos de acogida están «más que saturados», el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones los deriva hacia la península, en concreto, hacia municipios donde hay instalaciones que puedan dar acogida a determinados grupos, como es el caso de Mora de Rubielos, ha explicado Beltrán.
En este sentido, Beltrán ha lamentado las «manifestaciones desagradables» y «llamadas amenazantes» que han recibidos los trabajadores del hotel de Mora de Rubielos al que han llegado los malienses y ha aclarado que la elección de esta localidad turolense responde a una cuestión de capacidad y son las entidades, como Accem, las que identifican los centros.
En cuanto al futuro de los inmigrantes, Fernando Beltrán ha señalado que todos los casos se particularizan, de manera que puede que alguno de ellos obtenga la tarjeta blanca en torno al mes de noviembre, permiso de trabajo o decida trasladarse voluntariamente a otra ciudad española, para lo que tendrán «total libertad de movimiento».
También puede haber otros a los que les guste el entorno, aunque ha adelantado que Mora de Rubielos no tiene capacidad de generar «de la noche a la mañana» un centenar de puestos de trabajo. No obstante, «donde se vea que existe una demanda que puede ser atendida por este tipo de perfiles, se pueden desplazar».