Investigadores de la Universidad de Málaga y del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han descubierto una nueva especie animal encontrada en el Seco de los Olivos, un monte submarino de la costa de Almería.
Los equipos científicos lo han descrito como una especie de molusco gasterópodo. El espécimen fue capturado vivo el pasado verano por el buque Ángeles Alvariño, operado por el IEO (y el CSIC), mediante el ROV Liropus, un vehículo no tripulado.
Los científicos ya sospechaban de la existencia de este molusco desde 2016, cuando durante la campaña oceanográfica Medwaves (bajo el proyecto europeo Atlas) encontraron conchas vacías de esta especie gracias a los muestreos con gradas de bajo impacto sobre el fondo marino.
Pero ha sido cinco años después cuando se han localizado ejemplares vivos mediante la observación directa con el vehículo no tripulado. Cinco especímenes fueron recogidos vivos para su estudio.
«Fue muy gratificante encontrar ejemplares vivos de esta especie tras unos años de incertidumbre y poder confirmar que se trataba de un nuevo taxón», ha señalado José Antonio Caballero, coautor de este trabajo que forma parte de su tesis doctoral que realiza conjuntamente en la UMA y el IEO.
Este hallazgo se produjo durante la campaña multidisciplinar Circaesal 0721, realizada en el mar de Alborán durante julio y agosto del año pasado, en el marco del Programa de Seguimiento y Evaluación de Hábitats Circalitorales y Batiales que el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico ha encargado al IEO dentro de las acciones vinculadas a la Directiva Marco sobre las Estrategias Marinas, según han indicado en un comunicado recogido por Europa Press.
Los científicos acaban de publicar en la revista Mediterranean Marine Science la descripción de esta nueva especie que han bautizado con el nombre de “Epistocomitra angelesae” en honor al buque oceanográfico Ángeles Alvariño, a bordo del cual se filmaron y recogieron los ejemplares vivos.
«Hemos decidido dedicar la especie a toda la tripulación del Ángeles Alvariño, ya que sin el trabajo conjunto de marineros, pilotos del ROV y personal científico hubiese sido imposible encontrar y capturar esta especie», ha dicho Serge Gofas, coautor del trabajo y profesor de la Universidad de Málaga.
Epistocomitra angelesae es un molusco gasterópodo de apenas dos centímetros de largo que habita en fondo arenosos con restos de coral muerto en montañas submarinas entre 250 y 320 metros de profundidad.
Aunque hasta el momento solo se ha encontrado en el Seco de los Olivos, los científicos creen que podría aparecer en otras zonas del Mediterráneo, ya que la forma de su concha indica que sus larvas son planctónicas y, por tanto, viajan en la superficie del agua movidas por las corrientes hasta que encuentran un hábitat propicio donde desarrollar su vida adulta.
Esta nueva especie se suma a otras descritas anteriormente en el Seco de los Olivos con la ayuda de ejemplares recolectados durante la campaña multidisciplinar Medwaves. En 2019, se describió el gasterópodo Mitrella templadoi (dedicada al investigador y malacólogo José Templado del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid) y en 2020 se encontró otra nueva especie, esta vez se trataba del briozoo Buskea medwaves, dedicada a dicha campaña Medwaves.
En la actualidad, los científicos siguen analizando otras especies que podrían ser nuevas para la ciencia y que han sido recolectadas en el mar de Alborán y en el cercano golfo de Cádiz en los últimos años.
José Luis Rueda, investigador del grupo de Geociencias Marinas del Centro Oceanográfico de Málaga del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) y coautor del trabajo, ha explicado que «a medida que vamos explorando nuevas zonas profundas, y analizando las diferentes muestras recogidas, nos damos cuenta de la inmensa riqueza y biodiversidad que contienen estas zonas de confluencia entre el Atlántico y el Mediterráneo«.
«Nos preocupa que algunas especies nunca lleguemos a documentarlas por primera vez en estado vivo y que no lleguemos a tiempo de preservar sus poblaciones debido a la imparable pérdida de hábitat y biodiversidad que estamos sufriendo en esta zona y a escala global», ha alertado el científico.