En la mañana de hoy martes ocho de febrero, la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, Rocío Díaz, se ha acercado al Palacio de Dar al-Horra para ver los trabajos de restauración que se están llevando a cabo.
Concretamente, se están restaurando cuatro columnas de mármol blanco que están ubicadas en el patio de este edificio, levantado en el siglo XIV sobre un palacio zirí anterior del siglo XI que correspondía a la primera residencia del fundador de la dinastía Nazarí.
La actuación se enmarca dentro de la programación anual del Patronato de la Alhambra y el Generalife, tiene un plazo de ejecución de cinco meses y cuenta con una inversión de más de 14.100 euros.
En una nota de prensa recogida por Europa Press, Rocío Díaz explica que los trabajos están destinados “principalmente a la consolidación y limpieza de las columnas y la eliminación de algas, musgos y líquenes, así como el sellado de grietas y fisuras«. También se están realizando al mismo tiempo pequeñas actuaciones de restauración en los elementos decorativos de madera del edificio.
Además de suciedad generalizada, costras y depósitos, las columnas muestran disgregación granular, separación del material en placas (disyunciones), picadura, pequeñas pérdida de materia y morteros de reposición inadecuados, fundamentalmente en las basas.
Así, y según ha señalado la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, con esta restauración se mejora «el estado de conservación de estos elementos que sustentan los pórticos norte y sur del Palacio de Dar al-Horra».
Las columnas tienen una altura total aproximada de 2,5 centímetros y presentan capiteles cúbicos, siendo los del pórtico norte de mayor tamaño y diferentes a las del pórtico sur. Los fustes muestran anillamiento arriba y abajo y poseen una plancha de plomo en las zonas de unión con la basa y el capitel.
El Palacio de Dar al-Horra fue construido entre los siglos XIV y XV, y es el único inmueble que se conserva del conjunto de edificaciones que conformaban la antigua Alcazaba Cadima. Se asienta sobre el Alcazar Zirí del Rey Badis, del siglo XI.
El término Dar al-Horra (Dar al-Hurra) significa literalmente «la casa de la (mujer) libre» y fue la última residencia de la sultana Aixa, la esposa legítima del sultán Muley Haccen, ambos padres de Boabdil.
Con la Reconquista, el Palacio y las Huertas Altas pasan a manos del secretario de los Reyes Católicos, Hernando de Zafra, y posteriormente a la Orden de Santa Clara. Dado que el edificio era pequeño para tal fin, desde el principio se fueron añadiendo otras construcciones aledañas.
Debido a su estado de ruina, en 1930 el edificio fue adquirido por el Estado con dinero procedente de las entradas de la Alhambra y segregado del Monasterio. En esta misma época, se adquieren otras construcciones adyacentes con el fin de facilitar el aislamiento y la mejora del acceso. El expediente de adquisición fue realizado por Leopoldo Torres Balbás y actualmente el inmueble granadino ofrece un uso cultural.