Sorprendentemente, porque no deja de ser una sorpresa ante la escasez de medidas restrictivas que se han tomado, Andalucía parece estar surfeando la sexta ola del coronavirus con unas cifras que podría decirse que son la envidia de gran parte de España. Sin embargo, solo hace falta rascar un poco para comprender que no es oro todo lo que reluce.
Es una obviedad, tanto que basta con mirar al círculo cercano de cada uno de nosotros para encontrar casos que nos dejan a las claras que las cifras del coronavirus en Andalucía no reflejan la realidad de una comunidad que, en palabras de los expertos, “podría perfectamente tener el doble de casos de los contabilizados”.
Tampoco escapa a las autoridades pertinentes, al menos a aquellas que no intentan maquillar las estadísticas. De hecho, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha pegado un pequeño tirón de orejas a las comunidades que, como Andalucía, no están contabilizando los positivos que se detectan con los autotest. “Quiero recordar la obligatoriedad de reportar todos los casos positivos, al menos mientras se tenga este sistema de vigilancia”, aseveró el miércoles la socialista.
Es decir, en las cifras que nos llegan a los ciudadanos cada día no contabilizan las pruebas que nos hacemos cada uno de nosotros en casa, y siendo imposible conseguir que te hagan una prueba en un centro de salud… Buenas estadísticas aseguradas.
No obstante, sobre el terreno la situación es otra. Tanto que, como apuntaba anteriormente, no es extraño el andaluz que tiene en su círculo más cercano más de uno y dos positivos. Algo que no había pasado de un modo tan extendido en las anteriores oleadas y que puede responder a la nueva estrategia tomada por las comunidades autónomas para aligerar la enorme carga de trabajo que ha recaído sobre la ya de por sí castigada atención primaria.
Esto es, entre otras cosas, la reducción de las cuarentenas de aquellos que den positivos a 7 días… Y son 7 días, estés como estés. Hoy das positivo y si eres de los afortunados que consigue comunicar el positivo a un centro sanitario (que eso es ya arena de otro pesado costal), en 7 días estarás de alta. Sin más control. Sin dudar. Sin miedo a nada. Y eso que ómicron es “tremendamente infecciosa”, en palabras del propio Moreno Bonilla.
Tirando de agenda una vez más, de la del círculo cercano, he vivido en primera persona esta semana varios casos que por su similitud entiendo que muchos de los que ahora leen esto se pueden ver reflejados. Positivos claros, mediante test de antígenos, que consiguen hablar con su centro de salud. No les repiten la prueba, dan por válido el positivo en el autotest en este primer momento, y simplemente preguntan si hay muchos o pocos síntomas y te recuerdan que debes estar siete días encerrado.
Con más pena o más alegría los infectados pasan los siete días, por fortuna ómicron está afectando de un modo leve a la inmensa mayoría de la población vacunada, y llega el momento de recibir de nuevo una llamada del médico para comprobar la evolución y dar el alta. Sin embargo, la llamada rara vez llega. Se da por hecho que ya estás bien, estás de alta, no hay nada más. Eres un superviviente del coronavirus.
¿Y si pasado siete días sigues dando positivo? Pues lo que pasa es que ese test de antígenos que te hiciste en casa y que sirvió en un primer momento para determinar que estás contagiado y que tienes que hacer cuarentena en casa, el mismo, no te vale ahora para decir que sigues siendo positivo después de 7 días. Porque muchos lo siguen dando. “Han pasado siete días, tienes el alta, no te hagas más pruebas. Puedes hacer vida normal”, es la respuesta que se obtiene del médico de cabecera en estos casos.
Solo la responsabilidad individual de cada uno evita que muchas de estas personas que siguen dando positivo siete días después salgan alegremente a expandir el virus entre amigos, familiares y compañeros de trabajo. El que pueda. Porque con el alta en la mano y en muchos casos sin posibilidad de teletrabajo, solo les queda encomendarse a la Diosa Fortuna para no contagiar a todos a su alrededor.
Y es que el protocolo así lo marca y así lo cumplen los sanitarios, aunque no son pocos los estudios que dejan a las claras que una persona infectada con ómicron puede seguir contagiando pasados los siete días. Por citar uno, la Universidad de Exeter, en Reino Unido, ha determinado en un estudio que una de cada diez personas presentan niveles «clínicamente relevantes» del SARS-CoV-2 pasados diez días, por lo que podrían «seguir siendo infecciosos».
En definitiva, en plena sexta ola del coronavirus, con cifras récord de contagios en España y Andalucía, nos encontramos en una comunidad autónoma que no contabiliza los positivos de los autotest, que da el alta siete días después independientemente de lo que digan las pruebas de antígenos y que cuyo consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, reconoce con pasividad que no se ponen más restricciones “porque con ómicron no funcionan”. Basta, una vez más, con la responsabilidad individual.
Mientras tanto, este jueves Andalucía ha registrado 17.548 nuevos positivos y se han confirmado 31 fallecidos, la mayor cifra de víctimas mortales de esta última acometida del virus. El número de ingresados en centros hospitalarios también ha sufrido un aumento, situándose en 2.143 pacientes, 238 en las áreas de las UCI.