Las casualidades a veces pueden determinar la vida o la muerte, y sino que se lo digan a una mujer y su hijo, que fueron salvadas in extremis de su coche en llamas por un guardia civil fuera de servicio que, afortunadamente, pasaba por allí.
Concretamente, los hechos sucedieron sobre las 21.00 horas del pasado 6 de noviembre, cuando el agente circulaba con su familia por la Z-40 y observó cómo el vehículo que le precedía desprendía un humo denso y no detenía su marcha. En ese momento, al aproximarse al citado turismo, el agente comprobó cómo por debajo del turismo caían gotas de fuego, por lo que se puso de inmediato a la altura del otro vehículo y le hizo señales para que se detuviese.
Una vez con el vehículo parado y, ante el inminente incendio del coche, el guardia civil, junto a su suegro, sacaron rápidamente del turismo a la conductora y a su hijo menor de edad, alejándolos mismo y poniéndolos en un lugar seguro, siendo en ese instante cuando el capó comenzó a arder.
Mientras el resto de familiares del agente calmaban a la conductora y al niño, el guardia civil avisó a los servicios de emergencia para activar a sus compañeros de la Agrupación de Tráfico y Bomberos.
En ese instante llegó al lugar otro agente de Guardia Civil, fuera de servicio, y entre ambos señalizaron el lugar del incidente para asegurar la seguridad vial del resto de usuarios.
Una vez en el lugar agentes de la Agrupación de Tráfico y Bomberos, se hicieron cargo de la situación, teniendo que cortar la vía durante las labores de extinción del incendio del turismo.
La conductora y su hijo, ambos ilesos, fueron trasladados por los agentes de Guardia Civil fuera de servicio, hasta su domicilio en la capital aragonesa.