La Educación social es aquello que sin saber cómo ni por qué nos va haciendo reflexionar, tener un espíritu crítico y querer cambiar las cosas que nos parecen injustas. Dicho así parece sencillo y al manejo de cualquier mortal, incluso se subirían a ese carro aquellas y aquellos que sin entender el concepto “educativo” se creen poseedores de la verdad absoluta.
Pero la educación social no es una pantomima de 4 personas locas que decidieron cambiar el mundo y le pusieron nombre a esa metodología (formas) de cambiarlo, es la práctica, el estudio, la reflexión y la participación de miles de personas a lo largo de la historia y del mundo que se propusieron y se han propuesto, que cambiar las injusticias no es cuestión solo de un BOE o una sentencia judicial, que cambiar el mundo es una cuestión de cambio de conciencia y para ello es necesaria la Educación Social, los procesos educativos.
Toda esta experiencia, todo este proceso de trabajo con jóvenes en situaciones difíciles, de exclusión, sin perspectivas claras de futuro, con realidades muy complicadas, o familias al límite del aguante humano, excluidas de los circuitos de bienestar, migrantes por el mundo, desestructuradas muchas veces, con poli toxicomanías, desencantadas de un sistema que nunca los mira a los ojos para preguntarle, qué tal.
Desde la participación en colectivos sociales, vecinales, estudiantiles, de género, y tantos otros donde la actitud activa, reflexiva, y una acción constante, han ido elaborando lo que hoy es, o debería ser la Educación Social.
Todo este mundo de experiencia se llevó al ámbito académico reglado, en España en el año 1991, tan solo hace unos 30 años, se creó la diplomatura de Educación social dentro de nuestras universidades. Se quiso dar dignidad a la profesión de educador y educadora, que fuese reconocida a nivel social y académico como una aportación imprescindible para que las sociedades actuales avancen en el bienestar de su ciudadanía. Como todo academicismo hay que tener cuidado en no convertir la educación social en lo contrario de lo que es, es decir, no podemos ser sólo teóricos de la educación, o cambiamos la realidad o estaremos traicionando el espíritu educativo con el que nació el nombre de Educación Social. Es importante por ello separar la idea de profesión de la de práctica educativa del educador social. Todas y todos son profesionales de la educación social, según el propio colegio de educadores, pero en ámbitos diferentes.
El colegio de educadoras y educadores sociales define esta de la siguiente forma:
- Derecho de la ciudadanía que se concreta en el reconocimiento de una profesión de carácter pedagógico, generadora de contextos educativos y acciones mediadoras y formativas que son ámbito de competencia profesional del educador social, posibilitando:
- La incorporación del sujeto de la educación a la diversidad de las redes sociales, entendida como el desarrollo de la sociabilidad y la circulación social.
- La promoción cultural y social, entendida como apertura a nuevas posibilidades de la adquisición de bienes culturales, que amplíen las perspectivas educativas, laborales, de ocio y participación social.
Dicho de un modo muy sencillo, promover la felicidad y el bienestar de las personas, desde una promoción integral del ser humano. Desde la inclusión y la participación social, en procesos educativos que se adapten al nivel de cada persona.
Por lo tanto, más o menos, se tiene clara cual es la aportación de la educación social a nuestra sociedad, también el papel del educador o educadora, y se contempla que es un derecho de la ciudadanía contar con la herramienta de la educación social para evitar la exclusión.
Convencer a la administración pública de la necesidad de contar con educadores y educadoras sociales en todos los ámbitos donde la ciudadanía tiene un papel primordial, como son los servicios sociales, la educación, la salud, la transparencia, la economía, la seguridad, la vivienda, la familia, …. Ha de ser una realidad que hasta ahora solo se ha limitado a paliar los efectos de las sociedades actuales, es decir, cuando el sistema excluye a las personas de sus derechos (vivienda, educación, alimentación, salud…) se ponen en marcha programas que contemplan la figura de la educación social. ¿para eso existe?, humildemente creo que no.
La educación social es preventiva, no reparadora, es participativa no sumisa, es crítica no adaptativa, la educación social es revolucionaria porque toca los cimientos del ser humano, le facilita las herramientas para construir un futuro más justo, más democrático, con valores.
La falta de educadores y educadoras sociales, no solo elimina el derecho a disponer de esa herramienta humana, sino que hace sociedades más extremistas, con menos poder de reflexión crítica, donde el mensaje no se reflexiona sino que se sigue o no, como una consigna, se educa a creer no a reflexionar, se educa a seguir no a participar, se educa a obedecer no a rebelarse ante las injusticias, y fruto de todo esto las clases dirigentes crean masas obedientes de adeptos, con mensajes que nos avergonzarían si fuesen reflexionados
La educación social es un arma contra todo eso, educar a la sociedad, y se habla de educar no de introducir saberes más o menos científicos en su cabeza, sino educar a ser críticos y participativos, a reflexionar, porque este arma pacifica que solo necesita de nuestra participación, elimina extremismos como el que ha ganado estos días en Austria, o como el que se sienta con bastante fuerza en el Parlamento Europeo, o el que avanza en Francia a pasos agigantados, y Europa ya tiene experiencia de dar de comer al Monstruo que luego no se pudo parar.
La educación social, es un arma cargada de futuro, como decía el poeta, pero hay que creer en ella, y ser crítico también con su deriva y puesta en marcha.
Animo desde aquí a partidos políticos, colectivos sociales, administraciones públicas, … a conocer la aportación que la educación social hace para la mejora de la sociedad, ponerse las gafas educativas nos hará ver todos y cada uno de los colores que componen la realidad que estamos viviendo y poder planificar y actuar para cambiarla.
Nota: Si estas interesada o interesado en profundizar un poco sobre esta idea de la educación social como herramienta de cambio, os recomiendo el siguiente libro “Imperfecta pedagogía de los oprimidos”, donde 14 profesionales de la educación social reflexionan a cerca del legado de Paulo Freire y lo (re) interpretan en busca de esperanza a través de un puzle imperfecto hecho de sus propias experiencias.
Jose Luis Salvador
Educador Social