Como hemos podido llegar a esto, los seres humanos… y no vale decir, insistir en decir que no hay solución y que son los designios divinos no confesables.
El hombre nuevo como arquitectura central desde Diocleciano a Antonio Gramsci… es una Absoluta Quimera. Por eso las conquistas, yo las busco y las encuentro en mis espacios privados, en los amigos, en la familia, en el amor… al final en la vida de cada uno.
Porque es imposible dejar de amar más que a nada, no existen atajos a esa Utopía… tienes que seguir y si no… sólo te queda sobrevivir.
Defender la paz aunque sea con armas y los principios como frontispicio para seguir creciendo en libertad.
Cuando observo con perplejidad a «tertulianos y plumíferos» con el pragmatismo de la rusticidad; convertidos algunos de ellos en columnistas de peaje, e intentar (a veces conseguir) destrozar vidas sin el más mínimo decoro, me reafirmo en el compromiso de seguir luchando para que no se permita que este acoso y derribo de la inteligencia, de la moral y de la búsqueda de la transparencia y la auténtica verdad, se consiga.
Es precisamente el espacio en el que quiere jugar EL TARDÍGRADO. Los tardígrados llamados también osos de agua, son microscópicos capaces de sobrevivir en todo espacio: congelación, agua hirviendo, inanición durante décadas, incluso a un disparo, es decir, muy resistentes. Los científicos los consideran indestructibles.
Por todo ello, ante los meapilas del capirotero casposo… Resistencia.
Ante los voceros del apocalipsis con revelaciones filofalangistas… Fuerza y Honor.
Ante esas «criaturas» que encuentran acomodo en las conmemoraciones y ceremonias de exaltación contra las leyes de memoria histórica, la violencia de género, la educación laica, la integración según sexo, procedencia, condición e identidad… Cultura, mucha Cultura y un altísimo grado de PACIENCIA.