La Diputación de Zaragoza ha celebrado la segunda de las dos jornadas de sensibilización organizadas por la institución con motivo del Día del Orgullo LGTBIQ+, que se conmemora cada 28 de junio.
De la mano de la asociación Somos LGTB+ de Aragón, la jornada ha hecho un repaso de la gran diversidad de este colectivo (más allá de sus diferentes identidades y orientaciones) y, sobre todo, de los estigmas que sigue sufriendo, muchas veces por partida doble o triple: por ser homosexual, lesbiana, transexual, bisexual, por ser migrante, por tener el VIH, o por verse obligado al trabajo sexual para salir adelante.
Todas esos estigmas conllevan a su vez problemáticas como la enfermedad mental, las enfermedades de transmisión sexual, la soledad o el consumo de drogas.
A pesar de este panorama muchas veces oscuro y de estos tiempo de involución, los ponentes de la jornada, Letizia Ojeda, Lucas Ismael García, Juan Diego Ramos, Cheya Sánchez y Valentina Leiva han lanzado un mensaje optimista y lleno de compromiso y han insistido en la receta para luchar contra el odio, el desconocimiento, el prejuicio y la desinformación: «educación, educación y educación»… visibilidad todo el año (no solo estos días)… y por supuesto respeto siempre a todo el mundo.
Antes y bajo el título “La diversidad LGTBIQ+ en el ámbito educativo y juvenil” se celebró la primera jornada. En el acto, que ha tenido lugar en el palacio de Sástago, los asistentes han podido escuchar el testimonio de varios jóvenes que han sufrido acoso escolar y se han sentido desinformados y que han reivindicado por ello respeto y tolerancia. En la jornada también han participado expertos en el ámbito educativo, que han puesto sobre la mesa diferentes situaciones reales.
“Todos debemos ser libres de amar a quien queremos y de mostrar nuestro amor libremente”, ha destacado la diputada delegada de Igualdad de la Diputación de Zaragoza, Mauela Berges, quien ha incidido en que “estamos en un momento en el que se pretende opacar un poco este día pero no debemos dejarnos vencer, debemos seguir reivindicando todo lo conseguido y continuar trabajando en la misma dirección para conseguir una igualdad plena que es lo que a los pueblos nos hace libres”.
La jornada, presentada por la periodista Esperanza Sánchez, ha comenzado con la intervención de Óscar Pérez de la asociación Chrysallis. Como padre de una persona trans, ha compartido cómo fue el proceso, lamentando la dureza de la situación especialmente debido al acoso escolar que tuvo que sufrir su hijo. “Lo que necesitamos las familias es encontrar soluciones. Hay que encontrar participación y escucha activa”, ha incidido Pérez. “Yo no estaba preparado. Tuve que empezar a aprender. Es lo que lo toca a todas las familias. Nos enseñan a ser personas mejores, porque tenemos que ser más tolerantes y más comprensivas y aceptar a todas las personas de nuestro entorno sin prejuicios pese a que es difícil porque prejuzgar nos sale con una naturalidad pasmosa pese a que sea nuestro primer error”, ha explicado.
A continuación, Ibai Gordo de la asociación Magenta LGTB ha hablado sobre “Programas de diversidad desde el asociacionismo”, las diferentes iniciativas de concienciación y visibilidad de la entidad que también llevan al medio rural.
“Se nos está cayendo el sistema de identificar sexo y género y esto nos los está enseñando la juventud, que está muy empoderada, aunque esto también desemboca en casos muy duros”, ha explicado, incidiendo en la “gran necesidad de información que hay especialmente entre los más jóvenes”. Como ejemplos de la ayuda que prestan estas asociaciones, los estudiantes de Pinseque y Remolinos Andy de Frutos y Kai Tejero, también miembros de Magenta, han contado cómo fue para ellos conocer la comunidad LGTBI, la información y formación que recibieron desde Primaria y hasta el instituto al respecto.
“No se nos explicó nada sobre diversidad sexual, todo sigue la heteronorma, nos educaron bajo roles de género marcados”, han lamentado, admitiendo que estar en contacto con la asociación “nos ha empoderado”. “Estar con gente como nosotros, que nos entiende y nos respeta sin miedo a lo que pensarán nos ha dado fuerza para abrirnos al mundo”, han resaltado, lamentado que en el pueblo “todavía cuesta”.
La siguiente ponencia de la jornada ha estado protagonizada por las voces de la profesora Laura Benso, que acompañó a Andrea Gil y Zachary García en su proceso de transición, que han dado su punto de vista sobre “Las diferencias nos enriquecen, el respeto nos une. Luces y sombras en la gestión de la diversidad”.
“Actualmente hay mucha ltgbifobia. No podemos ni celebrar un día como el orgullo. Resulta muy difícil crear espacios seguros en un centro con esta oleada ultraliberal”, ha lamentado Benso, quien ha explicado que “dentro del aula la clave está en criar vínculos para proteger”. Gracias al apoyo de Laura, Andrea y Zachary no se sintieron solos. “Es un miedo constante el que tenemos que vivir. Antes de identificarme ya me acompañaba el bulling y había algo que me hacía no querer salir de la cama”, ha confesado Zachary quien pese a todo ha asegurado que “todos deberíamos tener apoyo. Llegué a pensar que la transfobia era normal. Tuve que explotar y llorar con Laura para darme cuenta”.
Una lectura de poemas LGTBI+ a cargo de Elena Garrido ha cerrado la jornada.