El alcalde de Cimballa (Zaragoza), Cecilio Eloy Roy, ha exigido que se limpie el cauce del río Piedra tras la DANA, depresión aislada en niveles altos, de la semana pasada que ha dejado numerosos daños, especialmente en la vega y en infraestructuras como el albergue o la piscifactoría. «Hay que limpiar los ríos, los brazales, y todo lo demás. No se puede dejar todo en manos del destino, porque no puede ser», ha expuesto.
Cecilio Eloy Roy ha relatado que una semana después de las fuertes lluvias baja poca agua por el río Piedra, «lleva su cauce normal, pero no se ve casi el agua de todo lo de mierda que hay por todo, de hierbas, de todo. Así no hay quien labre». Además, toda esa vegetación que ha arrastrado la riada, cuando se pudra en otoño, contaminará el agua, ha alertado. Cecilio Eloy Roy ha dicho sentir impotencia ante los visibles destrozos en el término municipal y la falta de agilidad de las administraciones.
«Primeramente, los ríos hay que limpiarlos, tenerlos limpios y a partir de ahí, ya podemos empezar a hacer otras actuaciones, pero si no se limpia el río, a poco que baje, pues otra vez se sale. En cuatro días se salió tres veces por todo».
«Qué hacemos con todo eso que nos ha dejado por ahí», se ha preguntado el alcalde, para detallar que la avenida ha destrozado las brechas, la acequias, las tuberías y las paredes de las fincas para apostillar que «todo es un desastre». Aunque en la vega están las mayores afecciones también ha contado que el albergue municipal ha resultado con daños importantes, igual que la piscifactoría de la zona.
Ha reconocido que han acudido técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), de la Diputación de Zaragoza, del Gobierno de Aragón, de la comarca, entre otras administraciones públicas.
«Técnicos vienen, pero a mí, soluciones, de momento, no me ha dado nadie», ha expresado, añadiendo que «vinieron de obras públicas porque se rompió la carretera y de la Diputación de Zaragoza para los caminos, cuando se pudiera entrar, para arreglar los caminos que había destrozado por la vega. También de Sarga, del Gobierno de Aragón, han ido a evaluar daños, pero quitando obras públicas, de momento nadie hace nada».
«Lo que no se puede es dejar a un pueblo desatendido totalmente», ha criticado el alcalde, quien ha considerado que se tenía que haber empezado a traer las máquinas y ponerlas a funcionar.
Sus peticiones también se trasladan a las administraciones para atender los daños de los particulares. «No se puede cargar a los propietarios con las paredes rotas, los riales, los tubos, las tuberías. Los propietarios no tenemos culpa de que nos haya venido esta avalancha de agua y nos haya dejado todo así», ha lamentado.
Pero lo más grave, ha incidido está en la vega. Ha manifestado que el agua, al desbordarse, «rompe los riales y anega todo, corre la tierra de las fincas, te rompe las tuberías y te rompe las acequias».
«Las gestiones públicas de carreteras y caminos, eso sí, ya sabemos que lo hacen, ha reconocido, pero el asunto es lo privado, lo particular. Nosotros, los seguros los tenemos en los cultivos, pero el cereal se cosechó ya, de las fincas no se tiene seguro, ni de las paredes, ni de los riales, ni de las acequias, ni las tuberías. De eso no se tiene seguro, de las viviendas sí».
«Este río tiene una cogida muy amplia porque abarca muchos municipios y cuando viene así es insalvable. Los ríos están imposibles, todo está dejado de la mano de Dios. Nadie limpia nada, no dejan limpiar nada», se ha quejado.
«Antaño lo limpiaban dos veces con la pala y ahora que hay maquinaria, que se puede hacer mucho más fácil y mucho más deprisa, pues no hay forma de que se haga nada. Todo está perdido –ha dicho–, hay árboles por todos lados, una pena da ver al río de mi pueblo. Es una pena».
En el albergue el agua entró y subió más de un metro «una barbaridad» y tras achicar el agua se afanan en limpiar el lodo. «Un desastre, aún no se ha terminado de limpiar», ha informado, después de que emplearan una máquina de agua a presión, pero hay que quitar los enchufes y esperar a que se seque para ver como ha quedado el sistema eléctrico, al igual que la caldera que no se pudo quitar y ha resultado dañada.
La piscifactoría sigue inutilizada después de que la riada entrara en los estanques y desplazara a las truchas que salieron por toda la vega. «Todas las truchas estaban por todos lados y ahora tienen que limpiar toda la instalación. El encargado me dijo que de las pocas truchas que han quedado ahora enferman, porque el agua se enturbió y no pueden respirar bien y entonces enferman. Tienen un problema gordo», ha finalizado.