La NASA ha comunicado este lunes que el asteroide 2024 YR4 no representa una «amenaza significativa» para la Tierra en el futuro cercano, especialmente en su paso por el 22 de diciembre de 2032. Tras realizar nuevos y detallados cálculos de su trayectoria, la probabilidad de impacto con nuestro planeta ha disminuido considerablemente, reduciéndose al 0,004%, un porcentaje que según la agencia espacial, es insignificante.
A través de un mensaje en su cuenta oficial de X (anteriormente Twitter), la NASA tranquilizó a la comunidad global, indicando que el asteroide pasará «de forma segura» cerca de la Tierra sin riesgo de colisión. Las observaciones más recientes realizadas por el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA han permitido ajustar de manera precisa la trayectoria de este asteroide, confirmando que no se espera ningún peligro en el corto o largo plazo.
«Las últimas observaciones han reducido aún más la incertidumbre sobre su futura trayectoria, y el rango de posibles localizaciones en las que podría estar el asteroide en 2032 se ha desplazado aún más lejos de la Tierra», explicó la NASA en su comunicado.
Posibilidad de impacto en la Luna
Aunque el riesgo de impacto con la Tierra es prácticamente nulo, la NASA ha actualizado la probabilidad de un impacto con la Luna, situándola en un 1,7%, una cifra que sigue siendo considerada «muy pequeña». Sin embargo, este evento sería de gran interés científico, por lo que la agencia espacial continuará observando al asteroide y monitoreando su comportamiento.
Este caso ha sido fundamental para que los expertos de la NASA y otras instituciones asociadas pongan a prueba sus modelos de defensa planetaria y procesos de notificación ante posibles amenazas futuras.
«Aunque el asteroide 2024 YR4 ya no tiene un riesgo significativo para la Tierra, esta oportunidad nos ha permitido avanzar en la ciencia de defensa planetaria y mejorar nuestra capacidad para monitorear objetos cercanos a la Tierra», concluyó la NASA.
La agencia espacial continuará vigilando la evolución de este asteroide, no solo para garantizar la seguridad de la Tierra, sino también para aprovechar la oportunidad de recoger valiosa información sobre su tamaño y composición.