La ‘Operación Silcon’, realizada por agentes de la Policía Nacional, ha conseguido desmantelar el primer laboratorio de producción de cocaína instalado en España que funcionaba usando una estructura igual a los instalados en varios países sudamericanos.
Se han realizado diez registros en Madrid y en las provincias andaluzas de Málaga y Córdoba, con 12 personas detenidas incluyendo al líder de la organización y su lugarteniente. Fuentes de la Policía Nacional han señalado en un comunicado recogido por Europa Press que el laboratorio tenía capacidad para producir 120 kilos de droga semanales.
Denominada ‘Operación Silcon’ por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, tuvo su inicio en el pasado mes mayo al detectar los agentes que la supuesta organización criminal contaba con una gran capacidad operativa para desarrollar su actividad ilícita.
Los líderes de la banda residían en la provincia de Málaga con un alto tren de vida mientras controlaban a través de terceras personas empresas de importación de sacos de cemento. En dichos sacos ocultaban las sustancias estupefacientes que trasladaban a un laboratorio clandestino en Madrid.
Los agentes lograron identificar al líder de la organización, un ciudadano español, así como al resto de miembros de la misma, y comprobaron que estas personas se estaban abasteciendo de una gran cantidad de productos químicos, así como de todos los materiales necesarios para poder establecer el laboratorio.
Para este cometido, el grupo disponía de un trastero en Córdoba donde almacenaba disolventes que después trasladaban hasta un contenedor marítimo ubicado en un parking de vehículos de la Costa del Sol.
A medida que avanzaba la investigación, se pudo identificar a otro ciudadano dominicano, persona de confianza del líder, que se encargaba directamente de la supervisión del proceso de elaboración de la droga en el laboratorio y de organizar su distribución.
Además, los agentes comprobaron que este hombre reclutó personalmente a tres ciudadanos colombianos que vinieron a España expresamente para la extracción de la sustancia estupefaciente.
Estas personas, conocidas como «cocineros», son contratadas normalmente para una operación concreta y cobran según el número de kilos extraídos, para regresar posteriormente a su país.
Los investigadores también comprobaron que la organización había alquilado un chalet en Coín (Málaga), que sería en un primer momento donde se ubicase el laboratorio, que finalmente por seguridad trasladaron a la provincia de Madrid.
Para el traslado de la sustancia estupefaciente, los miembros del grupo la introducían en sacos con cemento y adoptaban grandes medidas de seguridad, como el empleo de vehículos lanzadera.
El destino de los sacos fue, en principio un lavadero de coches gestionado por miembros de la organización, y posteriormente una finca rural, ubicados ambos puntos en localidades próximas a la capital.
Finalmente, los agentes llevaron a cabo el operativo el 6 de septiembre, realizando diez registros domiciliarios (seis en Málaga, tres en Madrid y uno en Córdoba) y logrando desarticular plenamente la organización. En esta ocasión se detuvo a nueve personas y tres días después a otras tres.
El Grupo Especial de Operaciones (GEO) participó en el acceso al laboratorio que se encontraba en una localidad próxima a Madrid, donde se encontró a cinco «cocineros» en pleno proceso de extracción de la droga.
Este laboratorio se ubicaba en el exterior de una finca de grandes dimensiones y bajo la maleza, únicamente protegido por unas sombrillas y lonas que intentaban ocultar su actividad ante la actuación de algún medio aéreo.
La Policía Nacional ha destacado su similitud con los instalados en la selva sudamericana y el método utilizado para la extracción de la pasta base de la cocaína, que reflejaba los grandes conocimientos de los «cocineros» en esta materia (normalmente las organizaciones recurren al uso de gran cantidad de productos químicos, pero los detenidos utilizaban únicamente para este proceso gasolina, amoníaco y agua).
La Policía Nacional detuvo al jefe del grupo y su lugarteniente en Málaga y, además, incautó un vehículo en el que se encontraba una pistola con seis cartuchos lista para usar, así como dinero en efectivo y documentación.
También, en un contenedor de un parking se intervinieron gran cantidad de productos químicos, tanto líquidos como sólidos, que esperaban a ser utilizados para la extracción en futuras operaciones llevadas a cabo por esta organización.
En total, se han intervenido 85 kilos de pasta base de cocaína, 250 kilogramos de cemento impregnado en cocaína, 950 litros de precursores químicos, 125 kilos de precursores sólidos, seis vehículos y 36.000 euros.