La relación comercial más grande del mundo, la que une a la Unión Europea y Estados Unidos, se enfrenta a nuevos desafíos. A partir de este miércoles, entrarán en vigor una serie de aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump, que podrían afectar gravemente las exportaciones de la UE hacia territorio estadounidense. Según las estimaciones, alrededor de dos tercios de las exportaciones europeas, por un valor total aproximado de 370.000 millones de euros, se verán impactadas. Las áreas más afectadas incluyen la automoción, maquinaria, aeronáutica y acero, con tasas arancelarias que alcanzan hasta un 25% en algunos sectores.
El impacto de estos aranceles será desigual entre los países de la Unión Europea, dado que no todos tienen el mismo nivel de dependencia comercial con Estados Unidos. Sin embargo, se prevé que las exportaciones en sectores clave como el automóvil y el acero sufran un golpe significativo debido a la imposición de un arancel específico del 25% para estos productos, mientras que otros productos europeos estarán sujetos a un arancel general del 20%. Esta medida forma parte de lo que la administración Trump denomina «aranceles recíprocos», basados en el déficit comercial de EE. UU. con la UE, sin tener en cuenta las barreras arancelarias existentes.
Mientras Bruselas evalúa las contramedidas a adoptar, el impacto económico es una preocupación central. El Banco Central Europeo ya ha advertido que estos aranceles podrían reducir el crecimiento económico de la Unión Europea en un 0,3% del PIB. Si la UE responde con represalias, las pérdidas podrían aumentar hasta un 0,5%.
Sectores clave como el farmacéutico, que representa una parte sustancial de las exportaciones europeas a EE. UU., por el momento están exentos de estas nuevas tasas. No obstante, la administración Trump ha sugerido que podrían incluirlos en sus aranceles a finales de año, lo que incrementaría aún más la incertidumbre en las exportaciones europeas.
Países como Irlanda, Alemania e Italia son los más expuestos a este nuevo escenario comercial, dado que una proporción significativa de sus exportaciones se destinan a EE. UU. En particular, Irlanda se enfrenta a una exposición mayor debido a la dependencia de sus exportaciones farmacéuticas, que aún no están gravadas, pero podrían estarlo en el futuro.
En resumen, mientras que las autoridades de la UE se preparan para una potencial confrontación económica, la implementación de estos aranceles podría redefinir las dinámicas comerciales entre ambos bloques económicos y generar efectos de largo alcance, tanto para Europa como para Estados Unidos.