La visita del Rey Felipe VI en la jornada de este miércoles a la localidad sevillana de Lebrija con motivo del V centenario de la muerte de Elio Antonio de Nebrija ha resultado en un día festivo para el municipio con mucha afluencia de público.
Aproximadamente a las 11:30 horas de la mañana llegaba el monarca a la Plaza de España de Lebrija, acompañado de otras personalidades políticas tanto nacionales como regionales y locales.
Junto a Felipe VI ha estado el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el alcalde de la localidad sevillana, Pepe Barroso.
También han acompañado al monarca en esta histórica visita el delegado del Gobierno, Pedro Fernández, y el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, entre otros.
Dentro de los diferentes actos enmarcados en el V centenario del fallecimiento del humanista sevillano, autor de la primera gramática de la lengua castellana en 1492 entre otras obras de importancia; esta visita del Rey ha congregado a mucho público en las calles lebrijanas.
Ya dentro de las instalaciones del Ayuntamiento, Felipe VI ha firmado en el libro de honor y ha recibido una reproducción de la estatua de Nebrija. Felipe de Borbón ha dejado constancia por escrito de la «ocasión muy especial» que ha supuesto esta visita oficial, por primera vez, a la ciudad de Lebrija, «y hacerlo cuando se conmemora el 500 aniversario del fallecimiento del más ilustre y universal de sus hijos: Elio Antonio de Nebrija«.
«Recordar su figura y su obra es algo que todos los que hablamos la lengua española, debemos hacer. A tal efecto se convocó el Año de Nebrija y se formó la Comisión Nacional para darle el realce y el apoyo necesario. No podía faltar esta visita y, por tanto, agradezco al Ayuntamiento y a la Junta de Andalucía haber facilitado su realización», ha destacado el Rey.
«A todos los lebrijanos y lebrijanas los saludo con gran afecto y gratitud por su muestras de cariño y bienvenida«, ha concluido el monarca en sus declaraciones recogidas por Europa Press.
Algunos vecinos han aprovechado la visita real para trasladar una reivindicación común para la mayoría de los lebrijanos: «más balsas para los regantes del Bajo Guadalquivir, porque los agricultores lo estamos pasando mal con la sequía», le han llegado a decir.
Precisamente, Felipe VI ha querido visitar la Balsa de don Melendo, donde se regulan los regadíos del Bajo Guadalquivir, para reunirse con miembros de la Comunidad de Regantes B-XII y agricultores de la zona, que le han explicado los terribles efectos de la sequía (la balsa, con capacidad de ocho hectómetros públicos, está al diez por ciento) pero también los logros técnicos y humanos para mantener activos y productivos los cultivos de algodón y hortícolas.
El Rey se ha reunido también en la Casa de la Cultura con representantes de la sociedad civil, en concreto, panaderos artesanos, gente del mundo del flamenco y de las pymes, entre otros ámbitos, y de la comisión local del V centenario de la muerte de Nebrija.
Con anterioridad, Felipe VI ha recorrido a pie el tramo que separa el Consistorio de la citada Casa de la Cultura y durante el trayecto, donde de nuevo ha recibido un auténtico baño de masas, ha visitado brevemente el convento de las monjas concepcionistas franciscanas, quienes le han obsequiado con sus famosos dulces de mazapán con forma de rebaño de ovejas.
El alcalde de Lebrija, Pepe Barroso, ha expresado la «inmensa felicidad» que ha supuesto para todos los vecinos la visita del monarca, «extraordinario colofón a los actos conmemorativos por Nebrija», al tiempo que ha destacado que fue el bisabuelo del Rey, Alfonso XIII, quien en 1922 «y también por un asunto relacionado con nuestro vecino universal», ya que se cumplían los 400 años de su muerte, dedicó al Consistorio de la Villa una foto suya «en honra y gloria a las letras y a la ciudad de Lebrija».
«A partir de ahí, el entonces alcalde solicitó que se reconociera a Lebrija como ciudad, título que se le concedió años más tarde», ha recordado el regidor.