España se ve nuevamente afectada por la última ronda de aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quienes han establecido un gravamen del 25% a las importaciones de acero y del 10% al aluminio. Aunque la Comisión Europea ya ha manifestado su disposición para defender los intereses de la región, la incertidumbre sigue presente, ya que este cambio podría repercutir de manera significativa en diversas industrias y productos.
Este no es el primer intento de Trump por aplicar medidas proteccionistas a estos sectores; durante su primer mandato (2017-2021), ya impuso aranceles a ambos metales, aunque con algunas excepciones. Los mercados financieros han reaccionado de inmediato a la noticia, registrando descensos en los valores de las acciones de los fabricantes de acero a nivel global, mientras que el dólar experimentó un repunte.
En España, la situación ha tenido efectos dispares entre las principales compañías del sector. En el IBEX 35, Acerinox experimentó un repunte cercano al 4%, debido a su presencia en Estados Unidos, mientras que ArcelorMittal vio una caída de 0,62%, dado que tiene escasas operaciones en territorio estadounidense.
A raíz de este nuevo movimiento, Estados Unidos y la Unión Europea ya habían alcanzado un acuerdo en el pasado para regular los aranceles a través de un sistema de cuotas. Sin embargo, esta vez, el mandatario estadounidense ha señalado que los gravámenes se aplicarán sin ninguna excepción, con el objetivo de reforzar la economía estadounidense. En sus palabras, esta medida sería el primer paso para hacer que Estados Unidos vuelva a ser «rico».
El ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, convocó a los representantes del sector siderúrgico para transmitirles el respaldo del Gobierno, además de coordinar esfuerzos frente a los nuevos retos que podrían surgir. La industria también agradeció la pronta reacción de las autoridades y expresó su deseo de ser parte activa en las negociaciones futuras.
Por su parte, la Unión Europea ha emitido una advertencia firme a Trump, señalando que no existe justificación alguna para imponer estos aranceles y que responderán de manera «proporcionada y decidida» ante cualquier medida que pueda perjudicar los intereses europeos. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, reiteró que las tarifas injustificadas provocarán contramedidas claras.
Este anuncio representa una nueva estrategia de Trump de utilizar los aranceles como una herramienta de presión política, buscando obtener concesiones en otros ámbitos como el comercio o la seguridad. Queda por ver hasta dónde llevará esta jugada el presidente estadounidense.