Por Melisa Molina y Matías Ferrari | Página 12
El agravio personal que Javier Milei le propinó a su par Pedro Sánchez desde suelo madrileño desató una tormenta perfecta. Pese a que en Casa Rosada descartaban este lunes una ruptura de las relaciones diplomáticas con España, durante las 24 horas que siguieron al discurso del libertario desde el púlpito de Vox, el conflicto no hizo más que seguir escalando. El Gobierno español retiró a su embajadora en el país, María Jesús Alonso Jiménez, y el propio Sánchez dejó trascender que podría llevar la disputa ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Unión Europea.
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Hasta las principales firmas españolas con intereses en la Argentina, entre ellas Telefónica y los bancos Santander y BBVA, repudiaron las declaraciones de Milei y lo acusaron de estar sobregirado. Lejos de dar marcha atrás, el presidente argentino redobló la apuesta y tildó a Sánchez de “cobarde” y “totalitario”, además de acusarlo de “jugar para el kirchnerismo”.
“Sánchez me acusa a mí de entrometerme en sus asuntos internos, pero él jugó para Massa durante la campaña”, siguió disparando Milei una vez de vuelta en el país. Los motes de “totalitario” y “cobarde” contra su par español fueron acompañados por la ratificación de la acusación de «corrupta» que ya había vertido sobre su esposa, Begoña Gómez. Eso mismo había dicho —sin mencionarla directamente— desde el escenario de «Europa Viva 2024», el acto al fue invitado por Vox, lo que derivó en la última escalada del conflicto. Como Milei también se refirió a Alberto Fernández como «asesor» de Sánchez, el expresidente salió a contestarle: “Necesita asistencia psicológica”, le espetó anoche.
La obsesión personal de Milei con Sánchez ya había quedado expuesta con el bombardeo de retweets y likes que le dedicó mientras estaba a bordo del vuelo que lo trajo de regreso a Buenos Aires. Fueron más de mil en unas pocas horas. Casi todos de tono provocativo o de lisa y llana descalificación, como es ya una costumbre. Uno de ellos —posteado por Agustín Laje— retomaba la metáfora del castigo, que Milei ya había utilizado para pelarse con el gobernador de Chubut, Nacho Torres, y hablaba entre otras cosas de “paliza alevosa que se están comiendo los zurdos”.
En el Gobierno, en tanto, negaron durante todo el lunes que el Presidente tenga planeado retractarse públicamente, tal le como pidió Sánchez. «Ellos atacaron primero», se defendían, en referencia a aquella frase de que Milei consume «sustancias», que salió en su momento de la boca del ministro de Transportes español, Oscar Puente. “¿Cómo le voy a pedir disculpas yo, si yo soy el agredido?”, dijo el propio Milei en la noche del lunes.
«No está a la altura»
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sanchez, contraatacó asegurando que defenderá las instituciones de su país “de insultos y de difamaciones”. Fue durante su participación en el foro económico CREO, en Madrid. “Quien ayer habló no lo hizo en nombre del gran pueblo argentino. En cambio, lo que vivimos ayer en Madrid sí habla del riesgo que representa esta internacional ultraderechista para sociedades como la nuestra”, apuntó Sánchez. Y agregó que Milei “no ha estado a la altura” de la investidura.
Sánchez contó durante todo el día con el apoyo de varios de los empresarios más importantes de España, que salieron en su defensa. El primero en hacerlo fue el titular de la CEOE —la homóloga española de la UIA—, Antonio Garamendi, quien rechazó “profundamente” las declaraciones de Milei, a quien acusó de estar “fuera de tono”. “No tiene ningún sentido que se ataque a nuestro presidente del Gobierno”, fustigó.
Varios CEOs de empresas como Telefónica y los Bancos Santander y BBVA salieron a suscribir lo dicho por Garamendi y hasta pidieron retomar «la atmósfera de colaboración y diálogo constructivo» entre ambos países, «y no la contraria». Varios de ellos habían participado de un desayuno, el sábado, con el propio Milei.
Sánchez también dejó trascender que llevaría la disputa ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la Unión Europea. Su máximo responsable, Joseph Borrell, también había condenado a Milei. “La libertad política, la prosperidad, la cohesión social basada en la redistribución fiscal y el respeto en el debate público son pilares de la UE. Los ataques contra familiares de líderes políticos no tienen lugar en nuestra cultura: los condenamos y rechazamos, especialmente cuando provienen de socios”, disparó.
«Hubo cosas peores»
En Casa Rosada, algunos funcionarios intentaban bajarle le precio al conflicto. Una de las posturas que se escucharon durante todo el lunes era que lo dicho por Milei sobre Sánchez y su esposa «no es relevante», y hasta arriesgaban que la embajadora Alonso Jiménez, algún día «volverá». Si no lo hace, opinan, «sería irracional».
En esa línea, en Casa de Gobierno recordaban —con cierta sorna— que al presidente de Colombia, Gustavo Petro, Milei le dijo «cosas peores» y que, si bien en ese caso el gobierno de Petro también llamó «a consultas» al embajador en la Argentina de ese país, Camilo Romero, luego la situación no pasó a mayores. En esa ocasión, en medio de una entrevista televisiva, Milei había dicho sobre el presidente Petro que era «un comunista asesino que está hundiendo a Colombia».
Respecto del caso español, intentaron justificar a Milei con el argumento de que durante el acto de Vox «no mencionó a Sánchez con nombre y apellido», y que, en el contexto de próximas elecciones europeas, el PSOE está utilizando la situación para sus fines políticos, que es parte de las reglas de juego y que eso «está bien».
Sobre la carta de los empresarios españoles que cuestionaron los dichos de Milei, en Balcarce 50 también insisten con bajarle el precio. «Los empresarios tienen que hacer eso y dar esas declaraciones para bancar al Presidente de su país, pero eso no mueve las cosas ni un centímetro», dicen confiados. Ante la consulta sobre por qué el Presidente justificó que el viaje era para reunirse con empresarios y, sin embargo, no trajo anuncios de inversiones, responden que «son inversiones que no son inmediatas, tardan». Además agregan que durante los viajes internaciones ellos «no se encargan de ir a pasar la gorra».
Cerca del Presidente insisten con que no tiene sentido pedir disculpas al gobierno español, como pidió este domingo el canciller de ese país a Javier Milei, y vuelven a repetir, casi como un mantra infantil que «ellos insultaron primero», haciendo referencias a los dichos que semanas atrás pronunció el ministro de transporte español, en los que acusaba a Milei de «ingerir sustancias».
La que trató de tender algún puente fue la canciller Diana Mondino. Según informaron desde la Cancillería Argentina, Mondino mantuvo este lunes un «breve» contacto con la embajadora Alonso Jiménez, luego de que ésta se retirara del país. La comunicación fue «en buenos términos», dijeron. Fue un intento de desescalar el conflicto a las apuradas, pero que quedó en offside luego de la última arremetida de Milei el lunes por la noche, entrevistado por Jonathan Viale.
Más allá de la polémica, el mandatario argentino tiene en agenda un nuevo viaje a España. El 13 de junio Milei volverá a subirse al avión presidencial para asistir a la cumbre del G7, en Italia. El 15 terminará ese evento, pero él seguirá de gira por Europa y visitará Alemania, Francia y también España. Si bien se habían iniciado gestiones para que Milei pueda reunirse en esa ocasión con el rey Felipe VI, se olvidaron de un detalle: el que tiene que habilitar ese tipo de encuentros es el presidente Pedro Sánchez. Una autorización que, a la luz de los hechos, será un tanto difícil de conseguir.