Han tenido que pasar 37 años, desde que en 1986 se aprobara el Plan General de Transformación de Monegros II por parte del Estado, para que se hayan iniciado las obras de la Tubería de Valdurrios. Una obra clave para la puesta en riego de casi 6.300 hectáreas en los términos municipales de Bujaraloz y Peñalba y, en menor medida en Fraga.
Más cuando la puesta en riego de esta zona estaba incluida en la Ley de Riegos del Alto Aragón de 1915, tal como ha recordado hoy el Presidente de Aragón, Javier Lambán, que ha visitado la obra invitado por la Comunidad de Regantes Montesnegros, junto con el alcalde de Bujaraloz, Darío Villagrasa, y el consejero de Agricultura, Joaquín Olona.Según ha explicado el representante de los regantes, Carlos Villendas, la tubería Valdurrios, de 21 kilómetros, tiene un presupuesto de 52 millones a financiar entre los regantes (30 M€) y el Gobierno de Aragón (22 M€).
Se trata de una de las obras más significativas del plan de choque puesto en marcha por el Gobierno de Aragón en la pasada legislatura y que va a permitir la entrada en servicio de otras infraestructuras previamente ejecutadas desde hace más de una década en la zona por las diferentes administraciones, por un importe de 40 millones de euros.
A esta cantidad se suman otros 26 millones de euros correspondientes a cuatro estaciones de bombeo que son ejecutadas en paralelo a la tubería de Valdurrios directamente por el Ministerio de Agricultura. En total una vez finalizadas las actuaciones, se habrán invertido 117 millones.
Todas las obras serán ejecutadas por la empresa pública TRAGSA, iniciándose este mes de abril de 2023 y deberán estar terminadas a final de 2025. La tubería comienza en el Canal de Sástago y atraviesa cuatro balsas que se ejecutan en la siguiente fase.
El impacto de estas transformaciones en regadío en terrenos tan áridos, supone un revulsivo importantísimo en la generación de economía endógena. Se pasa de producciones de cereal en secano de 3 toneladas por hectárea en cultivo tradicional (donde se siembra cada parcela una vez cada dos años, es decir, que cuenta con un rendimiento de 1,5 Tm/ha/año en secano), a unos niveles productivos de 15 toneladas por hectárea y año en cultivos herbáceos como maíz, alfalfa o dobles cosechas. Incluso a producciones de entre 20 y 40 Tm/ha, en frutales.
Es decir, se multiplica la capacidad de producción y, por tanto, de generación económica, por 10 o por 20 en función de los nuevos cultivos que se instauren,, según ha destacado el presidente Lambán. Lo cual tiene un efecto en el ecosistema del regadío y permite la instauración de agroindustria, empresas auxiliares, empresas servicios y, en definitiva, empleo y fijación de la población.
Sin olvidar el momento en que nos hallamos en los mercados mundiales y la necesidad de asegurar unas producciones endógenas que nos hagan depender lo menos posible de la importación de productos básicos como los alimentos. Valga como ejemplo, que España necesita importar anualmente el 40 % del cereal que consume. En consecuencia, la creación de un regadío en estas zonas tan áridas es una de las herramientas más potentes para la lucha contra la despoblación.
El Sector VIII cuenta con 6.150 hectáreas, en torno a 370 propietarios de los términos municipales de Bujaraloz (unas 3.000 hectáreas, Peñalba (unas 2.850 hectáreas) y Fraga (unas 300 hectáreas).Esta actuación es una buena muestra de las situaciones análogas que se han repetido en otras zonas declaradas de Interés Nacional para su transformación en regadío en Aragón: sectores de Bardenas II, con el Plan General de Transformación aprobado desde 1973; sectores de Monegros II, con su Plan General de Transformación que data de 1986; o del Canal de Civán en Caspe, cuyo Plan General de Transformación es de 1968.
Ante este escenario, el Gobierno de Aragón diseñó en 2016 un plan de choque que permitiera la finalización de estas actuaciones paralizadas durante décadas y que requería la implicación de los regantes.
Lo que supuso incorporar modificaciones legales, como la disposición adicional octava sobre financiación y ejecución de regadíos en zonas de interés nacional en la Ley 2/2016, de 28 de enero, de Medidas Fiscales y Administrativas de la Comunidad Autónoma de Aragón y, posteriormente, la aprobación del Decreto 79/2017, de 23 de mayo, del Gobierno de Aragón, por el que se estableció un régimen de subvenciones para determinadas inversiones en materia de creación de regadíos. Este marco normativo se complementa con las previsiones que contiene a estos efectos de nuevos regadíos la nueva Ley 6/2023, de 23 de febrero, de protección y modernización de la agricultura social y familiar y del patrimonio agrario de Aragón.
Este nuevo marco, desarrollado en las dos últimas legislaturas, ha permitido poner en marcha 18 proyectos de creación de regadíos pendientes en todo Aragón, con una superficie conjunta de 31.775 hectáreas. Todos estos proyectos, algunos ya finalizados y otros en ejecución, deberán finalizarse a más tardar en cinco años desde su aprobación. Todo lo cual supone un efecto incentivador de la inversión pública muy significativa, ya que concentra una inversión de 329 millones de euros.
Hasta el momento, se ha invertido en este Sector VIII de los Regadíos de Monegros II 40 millones de euros en la concentración parcelaria, los caminos y la red de riego (sin contar la parte de coste proporcional del Canal de Monegros).
En este sector está colocada la red de riego y los hidrantes en cada parcela desde el año 2008. Por tanto, son parcelas con los hidrantes puestos hace 15 años, que todavía están en secano, de forma que la referida inversión pública (efectuada por el Ministerio de Agricultura y el Gobierno de Aragón) no ha aportado todavía el retorno previsto que se requiere a toda inversión pública.
Con la tubería (financiada a través de convenio por el Gobierno de Aragón 22 millones de euros y por los Regantes 29,7 millones de euros) y el de las cuatro estaciones de bombeo 26,2 millones de euros (financiadas por el Ministerio de Agricultura), el presupuesto total alcanza los 77,8 millones de euros. A lo que se suman los 40 millones de euros ya invertidos en este sector hasta 2008. Es decir, que en este sector VIII se habrán invertido un total de 117 millones de euros.
La de hoy es, según el presidente aragonés una de las obras de regadío de Monegros II más emblemáticas, incardinada dentro del esfuerzo realizado por el Ejecutivo aragonés en los últimos 6 años para permitir el paso de secano a regadío del 26,5% de la superficie total de nueva creación de las últimas cuatro décadas, a un ritmo de caso 5.000 hectáreas anuales.
El Plan de choque para la creación regadíos del Gobierno de Aragón desde 2016, está permitiendo la puesta en marcha de un total de 31.700 hectáreas en las tres provincias aragonesas, de las que 19.000 hectáreas están en Monegros II, lo cual supone un fuerte espaldarazo a la finalización definitiva de este sistema.
Junto al avance en creación de superficies de nuevos regadíos, también se ha desplegado una fuerte apuesta por la modernización del regadío ya existente.
En materia de regadíos en Aragón, incluyendo tanto el ámbito de creación como de modernización de regadíos a través de comunidades de regantes