El gobierno de Moreno Bonilla se resiste a actuar. Confía su suerte, y la de millones de andaluces, a la poca presión hospitalaria en la que se traducen los contagios por covid19 en personas vacunadas. Con más de 20000 nuevos infectados y una tasa de incidencia de 841,7 la pandemia llega a números de récord en Andalucía, con cifras nunca vistas.
Si bien esas cifras de contagios no conllevan un aumento inmediato en el número de hospitalizaciones y pacientes en UCI, con un retraso aproximado de 10 días, hay datos que invitan a huir del optimismo que muestran Moreno Bonilla y su subalterno, Juan Marín.
A fecha de 28 de diciembre de 2020, hace un año, los pacientes en hospitales andaluces por Covid eran 1016, mientras que las UCIs tenían ingresados a 224 personas. La presión hospitalaria hoy día es similar, con 900 hospitalizados y 150 enfermos en UCI, con un incremento semanal aproximado del 50 por ciento en ambas cifras, 305 y 43 respectivamente.
La ausencia de restricciones en hostelería y ocio nocturno que promulga el presidente andaluz, en línea con las políticas que tanto rédito político dieron a Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, se enmarcan más en lógicas de estrategía electoral que en las de una estrategia sanitaria contra la pandemia.
En esta línea Moreno Bonilla apeló hoy, en un acto en Dos Hermanas, «a la responsabilidad individual» instando a la población andaluza a «atenuar» su actividad en espacios compartidos, convencido de que «en nuestra mano está» la posibilidad de reducir la contagiosidad que arroja en estos momentos la variante ómicron.
«No están encima de la mesa restricciones como las de Generalitat de Cataluña, ni toque de queda ni medidas tan duras como en otras comunidades autónomas«, dijo el malagueño en referencia al próximo comité de expertos convocado para el 4 de enero, donde se tomarán las medidas que «afecten lo menos posible a la actividad económica y productiva»
«La incidencia clínica de Andalucía no es tan grave», ha sostenido el presidente de la Junta para argumentar la toma de decisiones sin la magnitud de las emprendidas en otras comunidades, por cuanto ha blandido que «estamos en la parte baja del ranking», en referencia a que la tasa de incidencia de Andalucía con 841 casos por cada 100.000 habitantes es la más baja junto a Castilla La Mancha.
En la otra parte del gobierno andaluz, el vicepresidente Juan Marín, indicó que «la situación es bastante normalizada, por lo que lanzamos un mensaje de tranquilidad». Los ingresados en las unidades de cuidados intensivos (UCI) «ni de lejos llegan a los que hubo en las anteriores olas», añadió el sanluqueño, a pesar de la similitud de las cifras actuales de presión hospitalaria con las de hace justo un año.
Las predicciones de los sanitarios para los próximos días es que las cifras de contagios sigan incrementándose hasta después de la celebración de los Reyes Magos, convirtiendo a la variante omicrón en dominante en la comunidad andaluza, con un 90% de incidencia.
La tasa de incidencia por 100000 habitantes lleva a la ciudad de Córdoba a liderar la expansión del virus en Andalucía, con una tasa de 1729, niveles nunca vistos, que suponen casi el triple de lo registrado hace una semana y evidencian la expansión incontrolada del virus ante la inacción del gobierno andaluz.