El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, ha llamado este lunes la atención sobre el aumento de la inflación subyacente visto en el dato adelantado del IPC de mayo, apuntando que las previsiones de sus especialistas llevan a pensar a una probable revisión a la baja de la inflación general, que incluye la energía, pero de un eventual alza de la subyacente que esperaban inicialmente.
«Los últimos datos, exceptuando el de hoy, ya nos hacían pensar que teníamos que revisar a la baja la inflación energética, y al alza la inflación subyacente», ha comentado Gavilán en Sevilla, donde ha respondido a preguntas sobre la coyuntura actual tras presentar el Informe Anual del supervisor.
Esa sensación de que habría que ajustar los cálculos de la subyacente se ha visto reforzada por el dato adelantado del IPC de mayo divulgado este lunes, que apunta a que la inflación subió un 0,8% en mayo en relación al mes anterior e incrementó su tasa interanual cuatro décimas, hasta el 8,7%, por el encarecimiento de las gasolinas y de los alimentos. Mientras, la subyacente, sin alimentos no elaborados ni productos energéticos, aumentó en mayo medio punto, hasta el 4,9%, su valor más alto desde octubre de 1995.
Al respecto, Gavilán ha señalado el contraste entre el dato de inflación general, que podría revisarse a la baja «por el mecanismo ibérico» de energía que España y Portugal ultiman con la Comisión Europea, en tanto que la subyacente puede seguir el camino contrario. «La subyacente es el resultado de integración entre agentes económicos. Ningún Gobierno tiene una capacidad inmediata de actuación«, ha dicho, antes de agregar que «las dinámicas que estábamos viendo nos hacían pensar al alza» de la subyacente y tras el dato de este lunes «quizá nuestra previsión sea más al alza de lo que teníamos previsto».
Gavilán ha agregado que «habrá que mirar con mucha atención» las implicaciones que durante los «próximos meses» tenga para la política monetaria y fiscal. En concreto, y al hilo de la segunda cuestión ha apuntado que será especialmente necesario ver cómo afecta a hogares de renta baja, «los que más sufren», indicando que no es preciso «compensar vía bajadas de impuestos, sino de forma más directa a través del IRPF».
El especialista ha insistido en que este indicador «preocupa» al supervisor porque «es más resistente» que la tasa general de inflación, cuya evolución ha centrado la presentación en Sevilla de la que ha sido definida como la «publicación estrella del Banco de España, divulgada recientemente y que incluye una nueva revisión a la baja de sus previsiones de crecimiento para la economía española, por debajo de lo estimado en abril (4,5%), en un contexto de incertidumbre marcado por la guerra en Ucrania, el alza de precios y la persistencia de los cuellos de botella en los procesos productivos.
Gavilán ha resaltado en su intervención y ante este contexto cambiante la importancia del pacto de rentas, «para que no se genere una espiral inflacionista» a través de «impactos de segunda vuelta» y que los trabajadores puedan mantener su poder adquisitivo y las empresas su desarrollo, así como el papel de los fondos Next Generation, una «oportunidad única para transformar la economía en el medio plazo».
Por otro lado, ha repasado algunos de los contenidos del informe, como el que analiza el impacto de las medidas tomadas hasta ahora ante la escalada de la inflación, y en concreto la bonificación de los 20 céntimos por litro de combustible, una iniciativa que, ha reiterado, ha beneficiado más a los hogares de rentas altas. En este punto, ha abogado por construir políticas que beneficien a los hogares más vulnerables, admitiendo al mismo tiempo que «una parte muy importante de las dinámicas inflacionistas están fuera de control de cualquier Gobierno».
Además, ha instado a elaborar una «política económica integral» que dé respuesta a los «muchos retos de enorme calado» que afronta la economía española, citando como ejemplo la sostenibilidad de las pensiones, algo «fundamental». Al respecto, ha considerado que aunque no se precise de un ajuste inmediato, «mejor si anunciamos cómo la vamos a ajustar en el futuro».