UAGA-COAG señala que cada semana que pasa, sin que llueva, aumentan las pérdidas en las cebadas y trigos de la margen derecha del Ebro y se amplían las zonas y cultivos con afección por sequía. La desesperación cunde en el ánimo de los agricultores y agricultoras de las comarcas donde no van a cosechar por segundo año consecutivo.
La organización agraria exigirá al Consejero de Agricultura “ayudas quirúrgicas” para salvar de la ruina a las explotaciones afectadas.
Según pasan los días sin que se registren precipitaciones, aumentan las pérdidas para los agricultores que cultivan cereal en parcelas de secano en la margen derecha del Ebro y en la provincia de Teruel. La Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón, UAGA-COAG, calcula que en este momento son ya 146.000 hectáreas las que no se van a poder cosechar por los efectos de la sequía y cerca de 175.000 hectáreas las que sufren daños muy importantes.
Una semana después de que esta organización agraria diera la voz de alarma sobre la situación de la cosecha de cereal en la franja centro-oriental de Aragón, la situación ha empeorado y los daños por la falta de lluvias en el cereal se han disparado.
En las Comarcas de Ribera Baja del Ebro, Campo de Belchite, Caspe, Andorra, Bajo Aragón y Bajo Martín, las pérdidas son irreversibles y afectan a la totalidad de la superficie sembrada de trigo, cebada y triticale (principales cultivos de cereal de invierno) en el secano, unas 95.400 héctareas.
En la zona de la ribera del Huerva, Valdejalón, Cuencas Mineras, Matarraña, Maestrazgo y Gudar-Javalambre la ausencia de lluvias también está causando grandes estragos en las parcelas y los daños rondan el 90%. En total 51.500 hectáreas afectadas.
En el resto de comarcas de la provincia de Zaragoza y de Teruel (a excepción de Albarracín) las pérdidas superan el 40% y, según las zonas o el tipo de suelo, los daños alcanzan incluso el 70%-80%. En esta situación están Aranda, Borja, Calatayud, Daroca, Monegros, Tarazona, Jiloca y Teruel. Aquí si llegaran ya las lluvias, en cantidad suficiente (unos 30 litros como mínimo), aún podría salvarse una parte de la producción en algunas zonas o parcelas.
Para muchas explotaciones, 2024 será el segundo año sin ingresos. Tras las enormes pérdidas económicas que causó la severa sequía del año pasado y viendo la actual situación en buena parte del territorio, UAGA manifiesta que el desánimo y la desesperación se han instalado entre los agricultores y agricultoras. La organización agraria recuerda que, en octubre, para afrontar los gastos de las labores de siembra muchos profesionales tuvieron que echar mano de los ahorros o de préstamos, así que ahora se encuentran, en muchos casos, al borde de la quiebra.
El pasado jueves, la Comisión Ejecutiva de UAGA realizó una visita por varias comarcas para conocer sobre el terreno el estado de los cultivos y poder trasladarle la situación al Consejero de Agricultura, Ángel Samper, el próximo martes, 14 de mayo, día en el que se reunirá la ‘Mesa de la sequía’. La organización agraria exigirá lo que califica como “ayudas quirúrgicas”, ayudas directas (no préstamos bonificados) para las agricultoras y agricultores que no van a tener ingresos. Es decir, para los hombres y mujeres que se dedican profesionalmente a la agricultura, que pertenecen a las comarcas castigadas por la sequía y que declararon en la PAC haber sembrado cereal en el secano.
Además, en ese recorrido por buena parte de la margen derecha del Ebro, los representantes de UAGA pudieron comprobar como en algunas comarcas los efectos de la sequía se extienden a otros sectores productivos.
Empieza a preocupar la evolución del almendro. La previsión para esta campaña es de una buena cosecha, ya que hay mucho fruto en los árboles. Ahora se está formando la cáscara de la almendra y engordando el fruto, para ello el árbol necesita agua. Pero en el caso de que no lleguen las lluvias, los almendros corren serio riesgo de secarse, ya que al contrario que el olivo, el almendro no suelta el fruto para intentar salvarse ante una situación de estrés hídrico.
También están preocupados los ganaderos de extensivo. Debido a la sequía, no hay vegetación en los montes y el ganado ovino y vacuno no dispone de alimento. Esto les obliga a comprar forraje y pienso, un gasto extra, para suplementar la alimentación de sus animales. En este punto, UAGA pone el foco en las comarcas de Matarraña, Maestrazgo y Gudar-Javalambre, con mucha ganadería extensiva.
Para aliviar el problema de la alimentación del ganado extensivo, UAGA solicitó la semana pasada al Departamento de Agricultura la excepcionalidad para las parcelas de cereal que no se van a cosechar. Una medida que permitiría a los ganaderos de ovino soltar al ganado en esas parcelas para que las pasten.